Atractivos turísticos
Mendoza
La ciudad está ubicada en una planicie desértica que domina caso toda la provincia. A fuerza de administrar el agua y operar sobre la naturaleza, Mendoza ha logrado fabricar un oasis de gran belleza y fertilidad en medio de un ambiente árido. Los mendocinos tienen una enorme conciencia del valor que el agua y los árboles tienen en su vida. Aprovechando su cercanía con la cordillera, toman el agua de deshielo y la conducen por medio de acequias hasta la ciudad. Las veredas mendocinas se caracterizan por las canaletas, los árboles que las flanquean y el lustre de las baldosas que siempre parecen recién enceradas. Pero lo más admirable es que Mendoza es una ciudad que renació de sus escombros. Aún antes de que comenzara el crecimiento económico de la provincia, un terremoto destruyó casi por completo la antigua ciudad, al punto tal que una vez rediseñada y reconstruida, por muchos años se llamó Mendoza la nueva. La principal actividad de la provincia es la vitivinicultura, es decir, el cultivo de la vid para lograr un vino muy característico de la región. Los vinos mendocinos gozan de gran prestigio internacional y son exportados a todo el mundo. Recientemente una bodega mendocina ganó el premio al mejor vino del mundo un una exposición francesa. Mendoza es conocida como «la tierra del buen sol y del buen vino», pero además es la tierra de la gente ordenada, amable y con una gran responsabilidad para cuidar el lugar donde viven.
Salta
A casi 1.200 metros sobre el nivel del mar, al pie del cerro San Bernardo, está la ciudad de Salta, capital de la provincia del mismo nombre y la segunda ciudad más importante de la región después de San Miguel de Tucumán. Es una ciudad pintoresca, con múltiples riquezas, y su gente es muy servicial. Es una ciudad aristocrática. Fundada en 1582, sus habitantes son gente orgullosa, que se sabe heredera de un linaje de importancia. Salta es el corazón de una provincia con una diversidad natural poco frecuente. Por su disposición, se extiende de este a oeste y es atravesada por distintos ecosistemas, desde la Puna hasta la selva, que la convierten en una fuente de actividades turísticas muy variadas. Otro atractivo de la región son los vestigios de los tiempos coloniales -particularmente prolíficos en iglesias y capillas- y de los prehispánicos -por la presencia indígena en la región a lo largo de miles de años-. A pesar de su importancia turística, aún hoy conserva la tranquilidad de antaño. Como en todo el interior del país, se vive sin apuro, sin horarios. La siesta es una costumbre que no sólo sigue vigente sino que es rigurosamente respetada por todos. Al igual que en tiempos de su fundación, la vida de los salteños gira en torno de la Plaza 9 de Julio, aunque actualmente están surgiendo otras alternativas más acordes con la época en que vivimos: shoppings, countries, etc. Esta ciudad de casas bajas y calles y veredas angostas, enmarcada por los cerros circundantes, puede recorrerse a pie, gracias a que sus monumentos históricos están muy próximos entre sí. Esto representa una ventaja para el turista, que puede dedicar un día para este recorrido y destinar el resto del tiempo a conocer los alrededores.
San Miguel de Tucumán
Capital de la provincia, y con más de cuatro siglos de historia, San Miguel de Tucumán es una ciudad llena de vida. Además de ser el centro cultural y económico del Noroeste argentino, esta bulliciosa ciudad ha adquirido un carácter cosmopolita y mundano que guarda aún brillos de otras épocas. El menú de posibilidades es variado y atractivo. Va desde un simple paseo alrededor de la plaza de fundación, para conocer testimonios de cuatro siglos de historia, hasta elegir alguna propuesta en materia de arte y espectáculo. Por supuesto, siempre queda la posibilidad de palpar el ritmo de la noche en el casino o en alguno de los muchos pubs, discotecas, bares, y confiterías que permanecen abiertos hasta el amanecer. Importantes sucesos históricos tuvieron lugar en esta capital. Quizás el más relevante haya sido la proclamación de la Independencia en 1816. Entre los edificios del pasado que aún se mantienen en pie, la Casa de la Independencia sobrevivió a los embates y las restauraciones. Es que, a pesar de los constantes cambios que trajo consigo la modernidad, muchas casas e iglesias antiguas encontraron su espacio en la capital de Tucumán. Allí quedaron como testigos de la historia y se convirtieron en una invitación para todos aquellos que quieran descubrirla. Entre los lugares turísticos más destacados, se encuentran la plaza de la Independencia, con sus tradicionales naranjos; la Iglesia de la Merced, donde se conserva un bastón de oro de Belgrano; la Iglesia Catedral, bendecida por Fray Mamerto Esquiú; la particular Casa Padilla y el gigantesco Parque 9 de Julio, ideal para descansar, jugar o pasear al aire libre.
San Salvador de Jujuy
San Salvador de Jujuy, capital de la provincia, está atravesada por dos ríos, el Xibi Xibi y el Grande. Desde allí comienza la quebrada de Humahuaca, que es el camino de ascenso a la Puna, con un paisaje con tonalidades cambiantes. Edificada sobre un terreno desigual resulta un lugar agradable y calmo, que sigue el apacible ritmo de la vida local. El aspecto de la ciudad es de tipo colonial, que se conserva a pesar de las edificaciones actuales. Es un centro administrativo, financiero y cultural. Posee industrias azucareras y de construcción de material ferroviario; tiene buenas vías de comunicación: ferrocarril a Bolivia, carretera Panamericana y aeropuerto. Su clima está condicionado por varios factores. Por un lado, la presencia de cordones montañosos que no dejan pasar a los vientos húmedos del este hacen que la ciudad tenga un clima árido. Las altas –y a veces agobiantes- temperaturas se deben a la latitud a la que se encuentra esta localidad (es atravesada por el Trópico de Capricornio). En cuanto a la fauna, está adaptada a las condiciones climáticas y representada por guanacos, llamas, alpacas, zorros colorados, cóndores, etcétera.