Córdoba

 

Ciudad de Córdoba

Córdoba es la ciudad más importante de la Argentina a excepción de Buenos Aires. La llaman «la Docta», porque su universidad fue la primera de las regiones cercanas al Río de la Plata y «La ciudad de las campanas», porque los franciscanos y dominicos la llenaron de Iglesias. Es, sin lugar a dudas, un punto de referencia para gran parte de la República Argentina por su ubicación central en el mapa. A pesar de que cuenta con un millón doscientos mil habitantes, Córdoba no ha perdido su paisaje serrano ni su ritmo provinciano, respetuoso de la siesta y más sereno que la frenética Buenos Aires. En el último medio siglo le agregó a su vasta tradición cultural una impronta industrial poco frecuente en el interior del país. Su clima privilegiado y su ubicación en la entrada del hermoso valle de Punilla la convierten en un destino turístico de relevancia, superado tan sólo por la Costa Atlántica. Córdoba es una ciudad con mucha vida, su gente es dueña de un gran sentido del humor y además de cierto orgullo por vivir en una de las ciudades fundamentales del país que ningún viajero puede dejar de visitar.

Ascochinga

Las Sierras Chicas abarcan poblaciones como Villa Allende, Mendiolaza, Unquillo, Río Ceballos, Salsipuedes, El Manzano, Agua de Oro, La Granja, Ascochinga y Candonga, entre otras. A muy pocos kilómetros de la capital, estos destinos combinan sus propios atractivos naturales e históricos, con una variada gama de actividades de recreación y deportivas, entre las que se destaca el golf. En Villa Allende se llevan a cabo torneos muy importantes a escala mundial y las canchas de Ascochinga, anteriormente en manos de los militares, hoy son consideradas una de las mejores del país. A unos pocos kilómetros se encuentran las Tres Cascadas, cuyo acceso requiere unos metros de caminata por una zona de abundante vegetación. En la reserva natural dique La Quebrada, se pueden practicar deportes acuáticos; en Mendiolaza, cabalgatas y equitación, y la caza de la paloma dorada. Agua de Oro ofrece un encantador paisaje natural junto con maravillosas muestras arqueológicas, monumentos históricos, grutas, artesanías y hasta un criadero de iguanas. El restaurante de la Estancia de Agua de Oro es una buena opción para aquellos que disfrutan de la buena comida casera (es recomendable probar el dulce de membrillo que prepara la dueña del restaurante). A unos pocos kilómetros de Agua de Oro se encuentra La Granja. Este lugar se destaca por albergar a una colonia alemana, cuyas tradiciones se reflejan en las casas de té, que ofrecen strudel y otros alimentos y bebidas típicas de este país europeo. Río Ceballos fue un lugar donde las familias más adineradas concurrían para veranear. Gracias a ello, hoy abundan espectaculares mansiones y casonas que permanecen casi intactas y que vale la pena admirar. Además, cuenta con un casino, un bingo y varias discotecas que hace que la noche en Río Ceballos sea muy conocida por la zona. Candonga es otro sitio que no hay que dejar de visitar. Su capilla, construida en 1730 con la impronta jesuítica y la participación de artistas indígenas, formaba parte de la antigua estancia de Santa Gertrudis. Este lugar conserva intactos los testimonios de la historia aborigen y colonial. La vieja estancia ha sido remodelada y es utilizada como salón de té. Tiene un buen servicio, y mesas y sillas bajo la sombra de las pérgolas para descansar disfrutando del aire puro. Unos pocos kilómetros al norte de Ascochinga, se encuentra la estancia Santa Catalina, dueña de una iglesia que data de la época jesuítica, y donde aún se celebra la Santa Misa todos los domingos. El visitante se sentirá transportado a esta época colonial. Allí podrá adquirir recuerdos y saborear la deliciosa pasta preparada por la familia heredera de la estancia.

 Río Ceballos

Para ir a Río Ceballos hay que tomar la salida de la ciudad de Córdoba hacia el aeropuerto internacional Pajas Blancas (10 km). A la altura del km 30 se ingresa a Río Ceballos. Enclavada en el centro de las Sierras Chicas, sobre el río que lleva su mismo nombre, a 679 m sobre el nivel del mar, Río Ceballos fue uno de los primeros centros turísticos de la provincia de Córdoba, si bien fue luego desplazada por otros más importantes como Villa Carlos Paz o La Cumbrecita. De todas formas, esta pequeña ciudad de sólo 1.802 habitantes, aún conserva un carácter muy particular dado por el estilo normando que caracteriza a sus construcciones. Su nombre se lo debe a Juan Ceballos, quien fundó la localidad sobre la base de un antiguo asentamiento de los comenchingones. En la época prehispánica, su nombre era «Ministalo». Sus atracciones más interesantes son el área deportiva, con jardines y un anfiteatro al aire libre, y la iglesia, frente a la cual se encuentra el paseo Jorge Newbery, que vincula el centro con el balneario sobre el arroyo. A sólo 6 km se halla el dique La Quebrada, con su reserva hídrica natural y el lago. La reserva posee ejemplares de flora y fauna autóctonas. Se destacan los molles y cocos. La cascada de Los Hornillos, la cascada de los Cóndores y el salto de la Estancia son de particular interés. El dique de La Quebrada fue construido en 1976 con el propósito de abastecer de agua potable y atenuar los problemas de las crecidas. En él se pueden realizar una variedad de deportes acuáticos, como canotaje y kayak. Aunque la navegación a motor no está permitida, también se puede bucear y pescar pejerrey, carpa común, taraira, dientudo, mojarra y palometa. Con una superficie de 4.200 hectáreas, la Reserva Hídrica Natural presenta áreas de sierras bajas, pequeños valles, quebradas y numerosos arroyos que desembocan en el embalse La Quebrada y en los que se pueden realizar diversas actividades como visitas guiadas de interpretación ambiental, recorridos paisajísticos, observación de fauna y flora, y actividades acuáticas. Existe la posibilidad de acampar en sitios establecidos que cuentan con servicio de guardaparque permanente. La reserva está ubicada a 7 kilómetros de la localidad de Río Ceballos y a 36 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba por la ruta provincial 53.

Villa Allende

Villa Allende es una ciudad vibrante de las Sierras Chicas que, a pesar de su cercanía con el norte de la ciudad de Córdoba -la zona más y mejor desarrollada de la capital-, ha sabido mantener un estilo propio caracterizado por la tranquilidad y la paz de un entorno natural de gran belleza, salpicada de lujosas residencias y casas de veraneo. La villa posee una gran variedad de propuestas recreativas así como una internacionalmente reconocida cancha de golf y amplios servicios. Famosa por su agitada vida nocturna, Villa Allende cuenta también con un balneario municipal y un anfiteatro municipal donde todos los años, a mediados de febrero, se celebra el Festival de la Solidaridad. Este es uno de los acontecimientos musicales más importantes de la zona. En él participan destacados artistas, que cada año hacen su aporte al folklore del país. Lo recaudado se destina a cubrir las necesidades de instituciones intermedias: escuelas, guarderías, hospital, etc. Alrededor de Villa Allende se despliegan los cerros de las Sierras Chicas, que le dan un toque muy particular. No en vano muchas personas que buscan una mejor calidad de vida dejan la gran ciudad para instalarse aquí. Uno no se puede marchar de la Villa sin antes conocer el convento San Alfonso (del siglo XVII) y la iglesia Nuestra Señora del Carmen. En julio, además, podrá disfrutar de la competencia de bicicross, y en agosto del «Agosto sanmartiniano gaucho». En diciembre, se realiza el Encuentro Nacional de Escultores en Madera, de trascendencia nacional, en el que se reúnen los mejores escultores del país. La villa posee un centro comercial con variadas galerías y paseos, donde se pueden comprar souvenirs y artículos típicos del lugar.

 Yacanto

Esta pequeña localidad cordobesa es conocida por el Hotel y Golf Club Yacanto. Sus edificios y cuidados alrededores alguna vez pertenecieron a las empresas inglesas que el siglo pasado tenían la concesión de los ferrocarriles. Muchos de sus huéspedes, provenientes de otras provincias del interior o de Buenos Aires que llegan por cuestiones laborales, se hospedan en el hotel en busca de un poco de tranquilidad. Las actividades que se pueden hacer allí son variadas: hiking, tenis, cabalgatas y, por supuesto, golf. Si bien la estadía no es barata, bien vale la pena acercarse hasta el hotel para conocer sus instalaciones. El viajero que prefiera parar en otro lugar en los alrededores puede hacerlo en el cercano pueblito de San Javier, donde las tarifas son más accesibles.